
18 May Tips para lograr la felicidad de los más pequeños en un divorcio
Tengo que confesar que, cuando hay hijos pequeños en un procedimiento de divorcio, sufro más de lo habitual por ellos. Sufro porque el resultado pueda ser perjudicial para ellos, y sufro en definitiva, porque sufran. Entonces, ¿Cómo debo gestionar la ruptura de cara a los niños? No es una pregunta que tenga fácil respuesta, pero a continuación os doy unos consejos basados en el día a día de lo que solemos ver en las familias que acuden al despacho. Os damos algunos tips para lograr la felicidad de los más pequeños en un divorcio.
No les hagáis responsables de vuestros problemas
Imagino que para ellos es duro pensar que la vida conforme la habían imaginado se desmorona. Durante un tiempo, fueron papá y mamá juntos, en familia, levantándose los domingos, haciendo planes juntos.
Cuando los adultos deciden separarse, este esquema vital cambia. Ya no habrá domingos de parques y churros, sino traslados de una casa a otra; una maleta llena de ropa, o un lunes amaneciendo en otra cama.
A veces, incluso se sienten culpables, porque muchas de las peleas que han tenido son por temas relacionados con ellos; Discrepancias en la manera de crianza, agotamiento por las rutinas diarias, la carga mental que papás y mamás soportan…
Papás; ya es bastante duro para ellos, no se lo pongáis todavía más difícil. Si la ruptura se gestiona de una manera sana, los niños afrontan esta transición de la misma manera. Pensad que son esponjas, y que repiten patrones que ven. Si sus padres se tratan con respeto, independientemente de que ya no compartan su vida, ellos os mirarán con orgullo, y cuando sean conscientes de la llevanza del divorcio, os darán las gracias por haber dejado de lado vuestras diferencias y haberlos puesto a ellos en el foco.
No es cuestión de ponerse técnicos: pero los hijos de padres divorciados tienen más posibilidades de sufrir problemas psicológicos, como la ansiedad y el estrés, que incluso pueden traducirse en problemas físicos. Pensad si queréis eso para los vuestros…
Si podeís evitar que comparezcan en el juicio, hacedlo
Esta noticia que os comparto publicada por AEAFA arroja un dato terrible: El 55 por ciento de los niños que comparecen en los juicios, lo hace en un ambiente hostil. Probablemente, coaccionados por uno u otro, o incluso por ambos. Amenazas del tipo: “según lo que le cuentes al Juez, nunca volverás a ver a papá o a mamá”.
Algunos partidos judiciales tienen juzgados especializados en Familia que cuentan con recursos especiales para estos momentos. Pero otros muchos no, y la comparecencia se realiza en la sala de vistas. Una sala que, si normalmente impone a las partes, no imaginemos qué le parecerá a un niño.
La Asociación CEMIN lanzó hace un tiempo un cómic llamado “Marta y Pablo tienen que ir al Juzgado”, que sirve de apoyo para los niños en este trance de comparecer ante el Juez.
No dejéis que todo el peso de una decisión tan trascendental recaiga sobre unos niños. Hay que hablar con ellos de manera natural, explicando en qué consiste este trámite (si es necesario pasarlo), pero sin guiar su discurso o presionarlos.
Si queréis obtener mayor información sobre el derecho del menor a ser oído y escuchado, podéis leer el siguiente LINK.
No instrumentalicéis a los niños
Instrumentalizar a los niños es el error más grave que podéis cometer. Los niños sufren conflictos de lealtades, que dependiendo de la edad, pueden incluso volverse en contra del progenitor que intenta influir en ellos.
No podemos decirle a un niño de 14 años; “tu padre no te quiere, quédate con tu madre”. Si su padre ha sido una figura importante en su vida, si se ha encargado de darle cariño y cuidados, ese niño no va a querer que su padre desaparezca de la noche a la mañana. ¿Queremos que nuestros hijos crezcan pensando que uno de sus padres no le quiere, con todo el dolor que eso puede causarles? Creo que la respuesta, en todo caso, debe ser NO.
No los utilicéis como mensajeros; tampoco expreséis en alto conductas que no os gustan del otro progenitor: “esto no te lo compro porque con la pensión que me pasa, no me llega”; “eso pídeselo a tu madre, que para eso le pago…”, son comentarios prohibidos delante de los niños.
Escuchadles: Pero de verdad. No queráis extraer de sus palabras lo que vosotros quereís oir. Preguntadles por sus sentimientos, sus deseos, y sus miedos. Si podéis hacerlo juntos, sentirá que no está fallando a ninguno de los dos.
Acudid a un profesional si lo necesitáis
Y si creéis que no vais a ser capaces de gestionar el proceso por vosotros mismos, cosa que sería normal, acudid a un profesional de confianza especialista en el acompañamiento en crisis familiares.
Si veis que a vuestro hijo le ha afectado la ruptura, trabajad en común por él y llevadlo a un psicólogo infantil antes de que el problema sea más grave.
No olvidéis nunca que, para ellos, seguís siendo un equipo; el equipo más importante de sus vidas.
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