
29 Oct ¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental (SAP)?
Puede que muchos desconozcan el término Síndrome de Alienación Parental. En el contexto en el que se encuentra la familia en crisis, puede llegar a darse por algún progenitor un intento de influir en la voluntad sus hijos. Pensemos que existen múltiples intereses en juego, temores, incertidumbres, frustraciones y rencores entre ellos. En estos casos, se habla de interferencias parentales, o de SAP. Identificar estas dinámicas y las consecuencias que pueden llegar a tener en los menores es una de los principales trabajos que llevan a cabo los profesionales de la psicología forense que operan en el ámbito del Derecho de Familia.
Definamos el concepto…
Esta cuestión es un tanto sensible en el momento actual, pues es complicado probar que existe en una familia esta situación. Bajo este síndrome, uno de los progenitores pretende que la relación del otro progenitor y su hijo o hijos quede rota, generando rechazo hacia él. Se considera una programación de los menores por parte de un progenitor para que genere situaciones de odio frente al otro. Puede llegarse al punto de que la relación quede totalmente rota. Si ha existido maltrato o abuso de algún tipo hacia el menor, esta explicación no resulta aplicable, siendo otras causas justificables los motivos del rechazo.
Gardner lo define como un desorden que suele surgir en el contexto de las disputas legales sobre cuestiones de guarda y custodia de los menores. Muchos profesionales afirman que se encuentran en su trabajo diario con situaciones en los que, de manera sistemática, un hijo no quiere ni oír hablar de uno de sus progenitores.
Por ello, el derecho de oír al menor recogido en la CDN debe valorarse teniendo en cuenta si lo que los menores dicen puede estar mediatizado por la influencia de un tercero. Y si se da esta circunstancia, estudiar el modo de analizar estos casos.
El SAP puede ser utilizado por uno de los progenitores como una oportunidad para satisfacer sus intereses propios personales, y no el interés del menor, mediante la utilización de los hijos[1]. En estos casos, es necesario saber si verdaderamente uno de los progenitores está tratando de inculcar ideas negativas a su hijo sin motivo aparente.
Algunos signos externos de SAP
Existen patrones que se repiten en este tipo de conductas y se estudian desde el campo de la psicología, algunos de ellos son: Denigración injustificada del padre no querido; uno siempre miente y el otro siempre dice la verdad; los niños afirman con contundencia que la idea de no tener contacto con uno de los padres es suya, que ellos deciden sin coacción alguna.
El niño quiere e idealiza al «progenitor bueno», pero no recuerda un solo momento agradable con el otro progenitor. Muestran total indiferencia hacia lo que el progenitor rechazado pueda sentir. También rechazan el contacto con la familia extensa del progenitor no querido.
En estas situaciones, y en aras de evitar que la influencia negativa de uno de los progenitores sea irreversible, es necesaria la intervención de profesionales. El paso del tiempo en casos de existencia de SAP corre en contra del progenitor rechazado. Disminuye también la posibilidad de establecer nuevos lazos dentro de lo que podríamos considerar una relación parental sana.
La postura del CGPJ ante el Síndrome de Alienación Parental
La postura del Consejo General del Poder Judicial es distinta, pues considera que no existen pruebas de que este síndrome exista y que la utilización del llamado “Síndrome de Alienación Parental”, o la de una denominación alternativa, pero con la misma virtualidad, para explicar y tratar de solucionar los problemas de relación entre padres e hijos tras una situación de crisis matrimonial -una de las reacciones referidas- es una preocupante realidad cada vez más común”[2].
Recoge la cita que, “no obstante, a pesar de la difusión y popularización de este pretendido síndrome en nuestro país, el SAP no se reconoce por ninguna asociación profesional ni científica, y se rechaza su inclusión en los dos grandes sistemas diagnósticos de salud mental utilizados en todo el mundo, el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría, y el ICE-10 de la Organización Mundial de la Salud.
Según una declaración de 1.996 de la Asociación Americana de Psicología, no existe evidencia científica que avale el SAP. Critica el mal uso que de dicho término se hace, especialmente en los casos de violencia de género. En su informe “La Violencia y la Familia”, afirma que “términos tales como alienación parental pueden ser usados para culpar a las mujeres de los miedos o angustias razonables de los niños hacia su padre violento”.
Sin embargo, en caso de existir algún tipo de maltrato o abuso por parte del progenitor rechazado, queda descartado el uso del SAP. En esos casos, nos encontramos ante situaciones en las que el rechazo a ese progenitor cuenta con una base justificada.
[1] BRIZ CLARIGET, M.J, 2018, “Mediación y síndrome de Alienación Parental.
[2] Guía práctica de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, 2016.
No olvidemos que una parte muy importante para abordar de manera correcta una ruptura es el asesoramiento preventivo.
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